Camperas – «Todo desliza» (Polvo Bureau)

Txt: Juan Cruz Revello

Los cuerpos necesitan recibir estímulos, y con ese sentido, el rock and roll es una ametralladora. Este disco de Camperas presenta una estética que vienen velando por la popularidad –bienvenida- de nuevas tendencias, y clichés y estereotipos que bastardean el espíritu genuino del estilo. En combo con el universo pandémico, los cuerpos dedicados al rock and roll, parecen haber olvidado que se siente. Y “Todo desliza” excita la memoria y dispara esos estímulos necesarios. Masajea los músculos, te desprende de la almohada y te grita en la cara ‘no te olvides que existe esto, y puede ser un refugio’.


Seis canciones y 17 minutos estimulantes, que sin hablar directamente de la situación mundial, te transportan a otra vida, y de esta manera atraviesan la temática. Funciona como un flash soñoliento y estimulante. Como si te levantaras mañana y todo lo que estás viviendo no sucedió. Te vestís y te vas a un sótano a ver una banda que te vuela la peluca y te caravanea. De pronto, con la resaca a cuesta en el medio del kilombo, entendés que tenes toda una vida, tu vida, dedicada al rock and roll. A todas las partes del rock and roll. A los lugares comunes, a las cosas que están bien, y a las que están mal. A los disfrutes, a las discusiones, a los sentimientos, a los enamoramientos, a las pilchas, y también a tu mamá y tu papá, justo en ese momento cuando queres que te abracen porque todo el bajón que sentís porque la vida te pegó en la jeta, solo te lo pueden sacar ellos. Es una piña atrás de otra. Y vos poniendo la cara, pero disfrutando.



¿Novedoso? No, ¿para qué? En este caso no es necesario. Pero es un disco que, con reminiscencias a los 60 y 70, suena nuevo y caliente. Guitarra, Bajo y Batería se grabaron tocando una canción atrás de la otra en vivo, en una toma. Luego le agregaron las teclas, percusión y voces. Se nota furioso, y desprendido de toda fórmula sospechosa de oportunismo.

Cada mecanismo sonoro proyecta historias, paisajes, sensaciones, recuerdos, ruidos, molestias, desórdenes, tropiezos, unas sacudidas inolvidables. Un dolor de panza, otro de cabeza … y en el momento razonable llega ella, tan amable y climática, la canción que le da nombre al disco: ‘Todo Desliza’.



Si nos escurrimos en una secuencia cinematográfica, acá iría la escena cuando todavía sin despertar del todo, vas a la heladera, agarras una botella de agua bien fría, y le das hasta el fondo, sin respirar, casi, porque si no te morís. Ahhhh. Y te reís. Como podés te acordás de todo, y te reís.

¿Sentís? Eso se ocurre al escuchar este disco.

La última cantilena se llama ‘Sonrío amaneciendo’. Arranca con una guitarra sarcástica. Hay alguien relatando una historia, mirando por la ventana lo que pasa. “Hermanos nos detienen. Nos siguen por detrás. La noche se nos viene, queremos olvidar”. Se vislumbra un apocalipsis, que puede ser una noche descontrolada, o una pandemia. El relator de la escena está tratando de recordar todos los estímulos que recibió el cuerpo antes de ese acto de reflexión humana que es meterle agua y un manto de realidad al cuerpo. Sí, hubieron cosas raras que nos atravesaron en las otras cinco canciones. “Sonrío amaneciendo”, termina diciendo. ¡Pero claro! ¡Cómo no vamos a sonreír, si un disco de rock and roll con buen gusto en el 2021 es para celebrar!

Cuando termina, no sabes que es más egoísta. Si el oído que quiere más, si el cuerpo, porque nada le es suficiente, o Camperas, porque te dejó así, con ganas. 17 minutos. No haces nada en ese tiempo. ¿Qué tenes que hacer? ¿A dónde vas con tanta prisa? Bueno, ponelo en loop. No cansa.

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